Nunca imaginamos escribiéramos palabras de despedida para ti hija, siempre la fe y la esperanza en Dios nos movían y manteníamos la firme convicción que de la mano de EL superaríamos cualquier obstáculo, pero la palabra de Dios nos dice que su voluntad es buena, agradable y perfecta, que todo en esta vida tiene un sentido y un propósito y que al final todo estaría bien pues la palabra de Dios nunca ha fallado.
Señor Jesús, hoy nos rendimos delante de ti y te damos muchas gracias por habernos permitido disfrutar de Daniela estos once años, gracia por tu amor, tu bondad y tu misericordia hasta el último momento. Hoy sabemos que tu continuas cuidando de él, pues es la niña de tus ojos.